viernes, 23 de diciembre de 2011

Carta de Jesús


Queridos hijos: 
¿Cómo se encuentran ?  Bueno para comenzar les quiero dar las gracias por aceptar leer mi carta. Estoy sumamente contento porque han sacado del tiempo que yo les doy de vida para venir a aprender de mis enseñanzas para que  sean como Yo. En esta carta quiero contarles sobre Marta y María. Ellas eran para mí mis mejores amigas ya que siempre disponían de ayudarme y de darme alojamiento en su casa. En este momento  te quiero hacer una pregunta ¿Cuánto me has permitido alojarme en tu  casa? Sé que no es fácil contestar la pregunta pero te diré. Yo he entregado mi vida para que tu no sufras lo que yo sufrí, entregue mi vida para que tu pudieras vivir y por este motivo quiero que sepas que aunque Marta era mi amiga en la cual amo mucho como a Lázaro y a María puedo decir que los ajetreos de la vida en este mundo no le daba la oportunidad de escuchar mis palabra pero en cambio María siendo joven no perdió la oportunidad y se sentó junto a mis pies para enseñarle  sobre la vida. Sabes que es la vida un regalo que mi Padre y Yo te regalamos para que comprendas y entiendas que otras personas necesitan que yo entre para que puedan ver la salvación. Aunque no comprenda pero Yo como Padre Celestial veo que mi creación es destruida por tantas cosas como la contaminación, las muertes, las injusticias, los pensamientos de maldad y cada día me pongo delante de mi Padre para abogar por ustedes ya que estoy a punto de venir por segunda vez y no hay tiempo. Por este medio  Yo comprendo que no es fácil pero se puede hacer. Ahora me tienen a mí todo el día como el Espíritu Santo donde decidí vivir en su corazón para que las personas puedan ver mis grandezas y mi gran amor. Hoy quiero que aceptes la invitación y me permitas vivir en todo los rincones de tu corazón  y me permitas cambiar por completo tu vida sin restricciones humanas. Quiero que veas mi Gloria no como el mundo la ve sino como Yo Jesús el Gran Yo Soy la veo. Dame esa oportunidad para que cuando adores no me adores por un compromiso con tu pastor sino que me adores por el amor que derrame por ti en aquella cruz. El adorarme no es cuando danzas, cantas o alza tus manos es cuando Yo me reflejo en tu vida a los demás a  través del  testimonio  que tú le das de mi a tu familia, amigos y hermanos. Que dices me dejas cambiar tu vida realmente.
                                                                                 Jesús 

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