miércoles, 4 de enero de 2012

Prepárate para recibir sus promesas

      Un padre y su madre de cinco hermosos hijos le hizo una promesa a sus niños, que un día los llevaría al gran parque  de atracciones en su ciudad. Los días pasaban y los niños se preparaban para el día menos esperado para ver cuando su padre y mamá los iba a llevar. Mientras los niños siempre estaban a la expectativa sus  padres notaban que los niños tenían una pasión y una alegría tan grande que ellos tenían que ponerse a llorar de la emoción de ver esas hermosas caritas. Un día en la mañana los padres se levanta y anuncia la salida más añorada por los niños. Los niños se levantan corriendo rápidamente se preparan con las vestimentas adecuadas recogen sus cuartos, agarran  su bulto o mochila  y se montan al carro para llegar al destino de su promesa el gran parque de diversiones. (2Pedro 1:4-8) dice:  Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina.   Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento;  al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios;  a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos.  



De esta misma manera Dios nos impulsa que antes de recibir tus promesas debes de prepárate para recibirlas. Algo interesante de esta hermosa historia es que los niños siempre estuvieron alerta, confiaron en sus padres y se prepararon para recibir la gran promesa. De esta forma Dios nos pide que tengamos: (fe) con la que podemos a pagar los dardos del maligno y que a esa fe le añadas (virtud)  que es ese poder que Dios te ha dado de ser un hijo de Dios y a esa virtud el (entendimiento) para que puedas entender el propósito para que te fue entregado y a ese entendimiento el  (dominio propio) para que puedas controlar tus emociones y puedas llegar a las metas que Dios te ha provisto de antemano para sus buenas obras. Además a ese dominio propio
 (constancia) para que puedas ser un hombre o una mujer recto(a) de una solo palabra  y a esa constancia ( devoción a Dios ) es decir una relación con el Arquitecto de nuestras vidas para que puedas andar confiadamente sin temor y a esa devoción a Dios  le añades amor para que nunca te sueltes del Maestro.

Recuerda que como hijo de Dios tienes las hermosas bendiciones que Dios te ha prometido no las desperdicies y si no se han cumplido confía que Dios no se ha olvidado de ellas.
                                                                                                
     
~Josue E. Geigel                                                                                                         

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